viernes, 13 de marzo de 2015

Un plan contra el pulmón verde valenciano
El nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Valencia ataca la huerta y el entorno.

El pasado 31 de diciembre se publicó en el Boletín Oficial de la Co­munitat Valenciana la revisión del Plan General de Ordenación Urba­na (PGOU) aprobada por el Ayun­tamiento de Valencia. Esta propuesta pretende devorar 415 hectáreas de huerta –y dejar desprotegidas 300 adicionales, en las que se podrán construir 15.000 viviendas y diferentes infraestructuras. 

Tres son los espacios clave que se verán afectados por el plan: la ermita de Vera, el cementerio de Benimaclet y Sant Miquel dels Reis, declarado Bien de Interés Cultural. Josep Gabalda, integrante de Per L’Horta, asociación que defiende la huerta y que ha conseguido que todo el tejido social valenciano se haya movilizado para conseguir que la alcaldesa, Rita Barberà, retire el plan, explica lo “desastroso” del PGOU. El PGOU desconectaría los parques naturales del río Turia con la Albufera y bloquearía el pulmón verde. Asimismo, critica una nueva autovía en proyecto en una de las zonas de mayor valor ecológico, o la dotación de 60.000 metros cuadrados para otro centro comercial en una ciudad saturada de éstos.


Mar Ortega, investigadora de la Univer­sidad Politécnica de Valèn­cia, incide en que nos encontramos ante un bien ancestral que pertenece a toda la sociedad, un sistema que ha sido capaz de adaptarse durante siete siglos a los sucesivos acontecimientos histó­ri­cosTambién destaca la riqueza cultural de la huerta: los síndicos de las acequias tradicio­nales de la Vega de Va­lencia se reú­nen semanalmente en la puerta gótica de la catedral formando el Tribunal de las Aguas, que en 2009 fue de­cla­rado Patrimonio de la Huma­nidad por la Unesco y que podría verse afectado por la pérdida de terreno cultivable. 

Frente a este proyecto, diversos colectivos y ciudadanos, bajo la plataforma Horta és Futur, han sido capaces de presentar más de 20.000 alegaciones exigiendo la retirada del PGOU. Entre éstas destacan asociaciones de vecinos, la Unió de Llauradors, Acció Ecolo­gis­ta Agró, Salvem el Cabanyal, Salvem el Botànic u otras tan poco dadas a la polémica como el Tri­bunal de las Aguas o el Colegio de Ingenieros Agrónomos.

Fuente: Mario Zamora
                                
El aluvión de alegaciones ha sido todo un triunfo que ha des­bordado a los técnicos del Ayunta­miento. Tal ha sido el éxito que deja en el aire la revisión del PGOU en la actual legislatura y es posible que el Ayuntamiento ya no pueda aprobar el documento en marzo, extremo que dificultaría que la Genera­litat lo sancionara antes de las elec­ciones de mayo. No obs­tante, Vi­cent Torres, profesor de urbanismo y especialista en movi­lidad de la Universitat Poli­tècnica, denuncia que el Consis­torio ha formado “equipos de emergencia” para intentar dar respuesta a todas las alegaciones a tiempo y que el plan sea aprobado con celeridad. 

Torres evidencia lo innecesario del nuevo proyecto, ya que no existen motivos demográficos ni de vivienda. “Para justificar las recalificaciones, el Ayuntamiento proyecta aumentos de la población de 150.000 personas que no se corresponden para nada con una población estancada desde hace tres décadas, una población que con la crisis actual se ha vuelto a situar por debajo de los 800.000 habi­tan­tes. Actual­men­te pensamos que hay 60.000 viviendas vacías y que los solares del PGOU vigente permitirían construir 40.000 adicionales, lo que cubre absolutamente las necesidades de la ciudad para las próximas décadas”. 

Estos datos contrastan con un plan que se hace a toda prisa, a sólo tres plenos de terminar una legislatura que puede poner fin a 24 años de Gobierno del Partido Po­pular. Según Torres, las razones para las prisas del PP por sancionar su nuevo proyecto son principalmente dos. En primer lugar, habría “una serie de regalos en los últimos años por parte del Consis­torio”, ofreciendo terrenos para equipamientos, cedidos a la Iglesia o a empresas o colegios privados, mantiene este profesor. Todo esto, añade, estaría sin legalizar, y “esto podría crear problemas a sus amigos del Ayunta­mien­to”. Así pues, con este PGOU se pretendería regularizar estos casos. En segundo lugar, “los ricos no se han quitado el regusto de la burbuja inmobiliaria, no renuncian a que se vuelvan a dar los felices tiempos de los pelotazos”. Torres explica que han comenzado a hacer labores de investigación para saber a quiénes pertenecen muchos de los solares recalificados.

Fuente: valenciaterraimar.org
Según añade Josep Gabalda, este PGOU no es un hecho aislado y muestra más bien un concepto de ciudad donde se niega radicalmente la participación ciudadana: “No­sotros ya nos opusimos cuando se realizó el complejo Sociópolis”, el proyecto más emblemático del urbanismo valenciano: 2.800 viviendas prácticamente abandonadas que han dado lugar a un barrio fantasma

Cuando se les pregunta sobre las alternativas, desde las asociaciones en defensa de la huerta y opuestas a este plan urbanístico explican que bastaría con cumplir la legislación vigente e impulsar la aprobación definitiva del Plan de Acción Terri­torial de Protección de la Huerta, de mayor rango que el urbanístico municipal, y no dejarlo en el cajón como en las últimas dos legislaturas. Este plan explicita que “la huerta de Valencia, aunque es el paisaje cultural vivo más relevante, carece de protección adecuada y se encuentra seriamente amenazada por la actividad urbanística y la presión de las infraestructuras”. Frente a este plan depredador y especulador, todos los colectivos demandan una gestión abierta a la ciudadanía, con un nuevo paradigma global que concuerde los diferentes intereses de todos los actores. 

Fuente:https://www.diagonalperiodico.net/global/25935-plan-contra-pulmon-verde-valenciano.html



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